Cuando llega el invierno también llegan las enfermedades típicas de esta estación, gripes, catarros e infecciones causadas por las bajas temperaturas.
Pues bien, además de las más conocidas, muchos de vosotros habréis notado que en esta época tienen dolores musculares o articulares, que a veces se vuelven incluso insoportables.
¿Por qué sufrimos dolores musculares en invierno?
Si te preguntabas la causa, aquí tienes la respuesta: en temperaturas bajas, nuestro cuerpo experimenta un aumento de la tensión muscular debido a la contracción de los músculos a causa del frío.
Durante los meses de invierno, nuestros músculos permanecen más contraídos que el resto del año, lo que implica que los tendones, fibras musculares y por extensión, las articulaciones, estén más rígidas. Estas últimas sufren una enorme presión que en la mayoría de los casos provoca dolor, que se ve agravado por la dificultad que tiene el cuerpo de entrar en calor y que ayudaría a disminuir las molestias.
Tanto nos afecta el frío que buena parte de los dolores de espalda que sufrimos, son provocados por esta causa. Aquí os dejamos un enlace a una serie de ejercicios que os ayudarán.
Además, si a priori sufres alguna lesión muscular o articular, serás más propenso a sufrir estos dolores, ya que la rigidez de los músculos provocará dolor al moverte. Igualmente, las personas mayores se verán más afectadas, ya que en general, sus huesos y articulaciones se encuentran resentidas a causa de la edad.
Algunas personas, ¡incluso pierden movilidad en los dedos! Se quedan casi rígidos, impidiendo la realización de tareas habituales. Y es que las articulaciones tardan mucho más en funcionar de manera adecuada.
Para evitarlo…no queda otra que intentar mantenerse protegidos del frío con ropa adecuada, guantes, bufandas,…tomar algún analgésico cuando no aguantemos el dolor, y por supuesto, consultar con nuestro fisioterapeuta, que podrá aconsejarnos cuál es el mejor tratamiento.
Dolores musculares más habituales en invierno
Los dolores musculares más habituales en invierno están asociados a patologías musculoesqueléticas
Con las bajas temperaturas, además de la gripe y otras enfermedades respiratorias, llegan los dolores musculares. ¿Por qué ocurre? Con el frío, los músculos se ven obligados a trabajar más para realizar sus funciones habituales, lo que acaba produciendo dolor. Por el contrario, el calor relaja los músculos, por lo que al cuerpo le resulta más fácil llevar a cabo estas funciones. El calor provoca bienestar en los músculos, mientras que el frío provoca contracción muscular.
Por eso, durante esta época aumenta el número de personas que tienen patologías músculo esqueléticas, artritis, artrosis, fibromialgia y enfermedades reumatológicas. Incluso viejas lesiones, como pueden ser esguinces o fracturas, pueden doler en épocas en las que bajan las temperaturas, aunque haya transcurrido tiempo de que se curaron.
Prevenir el dolor muscular
Para evitar estos picos de dolor, se recomienda tomar ciertas medidas, como son:
- Abrigarse lo suficiente cuando salimos a la calle
- Tener en casa un ambiente templado
- Evitar exponerse a bajas temperaturas
Las personas que realizan ejercicio físico, deben dedicar un mayor tiempo a calentar antes de hacerlo. Sobre todo si sentimos dolor cuando realizamos ese deporte. Esa es una señal inequívoca de que nuestro cuerpo no está preparado.
Se puede iniciar el ejercicio físico caminando lentamente para ir elevando poco a poco la temperatura del cuerpo, y hacer que el oxígeno y la sangre fluyan por todo el organismo.
Al terminar, no debemos olvidarnos de realizar estiramientos matutinos, para prevenir la aparición de lesiones. Y por supuesto, no quedarnos en la calle exponiéndonos al frío; hay que evitar el enfriamiento por el sudor.
