La artritis reumatoide es una enfermedad autoinmune que provoca la inflamación crónica de las articulaciones y su progresiva destrucción, induciendo síntomas físicos como rigidez articular, dolor y fatiga, que en la mayoría de los casos termina traduciéndose en síntomas emocionales como ansiedad, tristeza o estrés.
Artritis reumatoide en manos
Las articulaciones más afectadas suelen ser las muñecas, dedos de las manos, tobillos y pies.
En España más de 200.000 personas padecen artritis reumatoide y cerca de un 70% se sienten incomprendidos por su entorno más cercano, lo que potencia esos síntomas emocionales de lo que hablábamos antes.
Suele afectar especialmente a las mujeres y la enfermedad comienza a manifestarse a mediana edad. Su tratamiento temprano aumenta la probabilidad de controlar la inflamación y reducir los posibles daños estructurales.
Causas de la Artritis reumatoide
Se desconoce la causa de la artritis reumatoide pero se sabe que es el propio sistema inmune del paciente el que ataca a las propias articulaciones. Se plantean una serie de posibles factores causales o participantes en la génesis de esta enfermedad: Genética, hormonal, ambiental, tabaquismo.
El tratamiento de pacientes con artritis reumatoide se va a centrar en la disminución del dolor, reducir la hinchazón, reducir o enlentecer el daño de la articulación, ayudar a las personas a mantenerse activas el mayor tiempo posible y aumentar su bienestar.
Es importante la actividad física y el reposo, la actividad física ayuda a mantener el tono y la fuerza muscular así como un buen estado físico general.
Tratamiento fisioterapéutico en artritis reumatoide
Desde la fisioterapia se puede trabajar de diferentes formas:
- Laser de baja potencia y TENS: disminuyen el dolor a corto plazo.
- La combinación de parafina y ejercicios activos también son eficaces contra el dolor.
- La aplicación de frío/calor.
- Uso de férulas para ayudar a mantener posturas y prevenir deformidades.
- Masoterapia y terapia manual. Se debe evitar en períodos de inflamación. Deben de ser suaves, superficiales y progresivas, tienen efectos sedativos, circulatorios y tróficos.
- Reeducación muscular. Se realiza mediante ejercicios isométricos de todos los movimientos posibles dependiendo de la articulación afectada.
- Movilización articular. Es importante para mantener lo más flexible posible las articulaciones. Hay que prestar más atención a los períodos de inflamación.
- Estiramientos. Para evitar contracturas y mantener la amplitud articular. Contraindicados cuando existe inflamación.
- Hidroterapia. El trabajo en piscina es muy recomendable en estados de inflamación, la flotación ayuda a proteger las articulaciones y facilita los movimientos.
- Ejercicio aeróbico: Puede ser caminar o montar en bici, ayuda a bienestar general y a mantener una salud física buena.
Tratamiento con fisioterapia
La fisioterapia ayuda a controlar el dolor
Desde la Coordinadora Nacional Con Artritis, que representa a las personas afectadas por las distintas variedades de esta enfermedad en España, se está intentando concienciar a los pacientes de la necesidad de realizar actividad física diaria para mejorar su calidad de vida.
La idea es no dejar que la enfermedad se haga con las riendas de su vida, sino que sean ellos mismos los que decidan, manteniéndose activos el mayor tiempo posible.
Asimismo, desde este organismo se insiste en que la artritis, al contrario de otras enfermedades crónicas, no se trata únicamente con medicamentos y con actividad física, sino que aconsejan asistir al fisioterapeuta de forma regular, para prevenir así la inflamación y el dolor.
Con la ayuda del fisioterapeuta, también podrán corregir deformidades y aprender a proteger las articulaciones. Por supuesto, los expertos aconsejan seguir las indicaciones del médico aunque desaparezcan los síntomas.
Esta enfermedad afecta en España a unas 200.000 personas y es una enfermedad inflamatoria crónica, de naturaleza autoinmune, caracterizada por la afectación simétrica de las articulaciones y que si no se trata de la forma adecuada puede causar a largo plazo importantes limitaciones físicas, así como un deterioro de la calidad de vida del paciente.
Se recomienda que en periodos donde no hay inflamación se realice el ejercicio físico, y en periodos de mucha inflamación permanecer en reposo. Lee el siguiente artículo para conocer más sobre la artritis y cómo controlarla.