Existen dolores y molestias persistentes, que limitan tus actividades cotidianas y que llegan incluso a reducir la calidad de tu vida. Ese es el caso del dolor crónico.
En este artículo hablaremos de este tipo de patología, sus diferencias con dolores agudos, cómo reconocerlo y qué tratamientos se pueden hacer para reducirlo.
El dolor es un aviso que envía el cuerpo para informar que no se encuentra bien. Es una percepción sensitiva como resultado de la estimulación de las terminaciones nerviosas de la zona afectada.
Los síntomas corresponden a la manera en que el organismo indica lo que necesita mejorar o sanar.
Diferencias entre dolor crónico y dolor agudo
Cuando hablamos de dolor podemos definirlo por diferentes factores como la duración, intensidad, localización, etc.
En cuanto a la duración, se distinguen 2 tipos de ellos, el dolor agudo y dolor crónico.
Para identificar este último, primero veamos cuáles son las diferencias entre ambos.
Dolor agudo
El dolor agudo es un malestar que ocurre en una zona específica del cuerpo y que suele informar de una lesión o herida concreta.
Este no dura mucho tiempo, es decir, que disminuye o desaparece en la medida en que el cuerpo va sanando.
Dolor crónico
En contraparte, el dolor crónico es persistente. Puede durar semanas o meses, en algunos casos, incluso años. En general, se considera crónico cuando dura más de 3 meses.
El tiempo de duración de cada uno no es la única diferencia (aunque sí es la de mayor percepción).
Los síntomas, sensaciones, molestias y causas, son otros de los factores que determinan de qué tipo de dolor se trata.
Veamos con más detalle, en esta oportunidad, lo que corresponde al dolor crónico.
Síntomas del dolor crónico
Las personas que padecen dolor crónico suelen percibir las siguientes sensaciones y síntomas:
- Sufrir un dolor sordo (continuo, sin interrupción).
- Sentir rigidez en músculos y articulaciones.
- Tener un dolor punzante.
- Suele ser un dolor opresivo (sensación punzante o de quemazón en zona torácica y centro del cuerpo).
- El dolor pulsátil (como golpes). Es también habitual de quien sufre dolor crónico.
- Ardores.
- Dolor lacerante (muy intenso).
Causas del dolor crónico
Esta dolencia puede ocurrir en cualquier parte del cuerpo, (en una o varias zonas).
El dolor crónico puede ser causado por una lesión o infección antigua, por una enfermedad en curso o por factores psicológicos del paciente.
Si bien no existe una única causa que desencadena este malestar, (depende de la situación particular de cada paciente), podemos identificar alteraciones habituales:
- Problemas de espalda.
- Dolor de cabeza o migraña.
- Padecer algún daño a nivel nervioso.
- Infecciones.
- Dolor después de una cirugía.
- Fibromialgia.
- Así mismo, los que tienen que ver con una enfermedad existente como:
- Dolores por artritis
- Dolores por cáncer.
Consecuencias de padecer dolor crónico
Por su duración en el tiempo, los pacientes que sufren este dolor y deben convivir con él de manera frecuente, en algunas ocasiones presentan cambios en su vida diaria, tales como:
- Cansancio.
- Insomnio.
- Cambios de humor.
- Depresión.
Tratamientos para el dolor crónico
El dolor crónico debe ser diagnosticado por un médico. Este determinará el tratamiento a realizar, el cual suele incluir antiinflamatorios para suavizar los síntomas de dolor.
También se recomienda acompañamiento psicológico para que el paciente aprenda a sobrellevar los cambios en su rutina habitual.
Fisioterapia para el dolor crónico
En cuanto a la fisioterapia, se trabaja como tratamiento complementario y es de especial importancia en casos de dolor en músculos y articulaciones.
Se puede requerir tanto de fisioterapia como de técnicas de acupuntura para trabajar en el sistema nervioso de la persona y ayudar a aliviar el dolor.
El eje del tratamiento fisioterapéutico es fortalecer la musculatura para evitar lesiones mayores y estimular el trabajo muscular y articular que permita al paciente continuar (en la medida de lo posible) con sus actividades cotidianas.
En este aspecto, es fundamental el trabajo en la reeducación postural, ayudando a quien padece el dolor a entender y adaptar su cuerpo para que su calidad de vida se vea menos afectada.
¿Es posible evitar el dolor crónico?
En cierta manera no, es decir, padecer de dolor crónico no puede evitarse. Que este surja depende de las condiciones antes mencionadas y de las causas particulares de cada paciente.
Sin embargo, sí hay hábitos y factores que pueden ayudar a la persona a convivir de mejor manera con el dolor crónico.
Hábitos que ayudan a convivir con el dolor crónico.
- Seguir paso a paso el tratamiento que ha establecido el médico.
- Hacer ejercicio de manera regular bajo las pautas del fisioterapeuta.
- Realizar actividades (además del ejercicio) que relajen y den bienestar para reducir el estrés de la situación.
- Seguir una alimentación saludable que favorezca el trabajo del organismo.
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